Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Yo soy el camino, la verdad y la vida.
El que recibe al que yo envío, me recibe a mí.
Yo he venido al mundo como luz.
El Padre y yo somos uno.
Yo soy la puerta de las ovejas.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El buen pastor da la vida por sus ovejas.
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo.
No fue Moisés, sino mi Padre, quien les da el verdadero pan del cielo.
No trabajen por el alimento que se acaba, sino por el que dura para la vida eterna.
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
Vieron a Jesús caminando sobre las aguas.
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.