lunes, 31 de enero de 2011

LECTURAS DEL 2 DE FEBRERO LA PRESENTACION DEL SEÑOR.

DIA DE LA CANDELARIA




REFLEXIÓN

En este día celebramos la fiesta de la candelaria o de las candelas, recordamos cuando San José y La Santísima Virgen llevan a presentar al niño Jesús para cumplir con el precepto mosaico de llevar al templo, a los cuarenta días de nacido, al primogénito varón de cada familia que le pertenecía a Dios desde que el Señor libró de la muerte a los primogénitos de Israel en Egipto, debía rescatarse al niño dando a cambio un animalito primogénito también, si se tenían los recursos sería un borreguito, para los más pobres serían un par de tortolitas, como fue el caso del niño Jesús.

Al llegar al templo el anciano Simeón movido por el Espíritu Santo reconoce en este niño al Mesías y lo llama el Salvador, Luz que alumbra a las naciones y Gloria de su Pueblo Israel. De ahí el nombre de esta fiesta las candelas o luces, ya que Jesús es la Luz de las naciones.




Además la santísima Virgen cumple con el precepto de su purificación, Ella que era la más pura se somete a este rito siendo que permanece Virgen antes, durante y después del alumbramiento, no queriendo singularizarse ni dar a conocer su maternidad divina, mostrandonos la humildad que llena su corazón y el de San José, corazón que atravesará una espada de dolor, como le anuncia el mismo Simeón.





Es pues una fiesta llena de Luz que nos habla de la grandeza de Nuestro Salvador y de Nuestra madre Santísima y al mismo tiempo es una manifestación de Jesús como Mesías a través de Simeón y de Ana la mujer dedicada al servicio del templo.




Nos invita el Señor a cada uno de los bautizados a ser luz de las naciones a través de nuestro testimonio de humildad, entrega y servicio. Y nos insta a ser observantes de la ley del Señor que llevamos en el corazón, es decir en el cumplimiento de su Voluntad con Amor, que esta fiesta tan arraigada en Nuestra Patria, con la presentación de las imágenes del niño Jesús y los famosos tamales y atole nos haga cada ves mejores Hijos de Dios y servidores de los demás.





P. Francisco.


LECTURAS DEL DIA.

Primera Lectura




Lectura del libro del profeta Malaquías (3, 1-4)

Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. El preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.

¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos.

Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Salmo Responsorial

Salmo 23




El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par, agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!

El Señor es el rey de la gloria.

¿Y quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.

El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par, agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!

El Señor es el rey de la gloria.

Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria.

El Señor es el rey de la gloria.



Aclamación antes del Evangelio




Aleluya, aleluya.

Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel.

Aleluya.


Evangelio




† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 22-40)

Gloria a ti, Señor.

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley:

Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:

“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.

El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad.No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.

Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.





lunes, 24 de enero de 2011

LECTURAS DEL 4o. DOMINGO ORDINARIO CICLO A

¡BIENAVENTURADOS LOS POBRES...!






Primera Lectura


Lectura del libro del profeta Sofonías (2, 3; 3, 12-13)

Busquen al Señor, ustedes los humildes de la tierra, los que cumplen los mandamientos de Dios.Busquen la justicia, busquen la humildad. Quizá puedan así quedar a cubierto el día de la ira del Señor.

“Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor.

No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial

Salmo 145




Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.


Segunda Lectura



Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 26-31)

Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios.

En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura:

El que se gloría, que se gloríe en el Señor.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor



Aclamación antes del Evangelio



Aleluya, aleluya.

Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.

Aleluya


Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 1-12)

Gloria a ti, Señor.




En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:




“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.





Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.





viernes, 14 de enero de 2011

JUAN PABLO II


Recibimos con gran alegría y gozo la noticia de la Beatificación del Santo Padre Juan Pablo II el próximo 1 de Mayo, por lo que queremos recordarlo en su vida en este mundo y tenerlo presente para pedir su intercesión en estos momentos difíciles que estamos viviendo en todo el mundo.

Por esto abrimos una página especial para el Papa Juan Pablo II.

"Alabado sea Jesucristo"




lunes, 10 de enero de 2011

LECTURAS DEL DOMINGO 16 DE ENERO DE 2011 SEGUNDO DOMINGO T. ORDINARIO.

Primera Lectura


Lectura del libro del profeta Isaías (49, 3. 5-6)




El Señor me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”.

Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial

Salmo 39




Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Esperé en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.



Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 1-3)





Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, mi colaborador, saludamos a la comunidad cristiana que está en Corinto. A todos ustedes, a quienes Dios santificó en Cristo Jesús y que son su pueblo santo, así como a todos aquellos que en cualquier lugar invocan el nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y Señor de ellos, les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor.


Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.





Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios.

Aleluya.


Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 29-34)

Gloria a ti, Señor.






En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: “Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.

Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel”.

Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo ví y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.





lunes, 3 de enero de 2011

DOMINGO 9 DE ENERO 2011 EL BAUTISMO DEL SEÑOR CICLO A


El Bautismo del Señor





PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7


Así dice el Señor:

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.

Palabra de Dios





SALMO RESPONSORIAL

SALMO 28


R.- EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ

Hijos de Dios, aclamad al Señor,

aclamad la gloria del nombre del Señor,

postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.-



La voz del Señor sobre las aguas,

el señor sobre las aguas torrenciales.

La voz del Señor es potente,

la voz del señor es magnifica. R.-



El Dios de la gloria ha tronado.

El Señor descorteza las selvas.

En su templo un grito unánime: ¡Gloria!

El Señor se siente por encima del aguacero,

el Señor se sienta como rey eterno. R.-



 



SEGUNDA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10, 34-38


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

 Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.


Palabra de Dios


ALELUYA Mc 1, 11

Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo, el amado; escuchadle.

ALELUYA

 


EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 3, 13- 17


En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirle diciéndole:

Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y acudes a mi?

Jesús le contestó:

Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Entonces Juan se lo permitió.

Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:

Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.


Palabra del Señor.